Monday, November 28, 2005

La muerte del yo en el artista tiene una función vital: evitar la paranoia narcisista a la que siempre tiene el peligro de caer. Sí cae, inevitablemente se convierte en un fascista, con lo cuál su razón de ser desaparece. Ejemplos: el caso de Dalí, el caso de los futuristas. Inclusive el caso de Breton.

El dolor del escritor es un secreto insondable ya que la forma, es decir las vivencias propias del escritor, es demasiado pequeña para el contenido (dolor, o cualquier otro afecto). El escritor no puede entender su propio dolor, por lo que sólo le queda reproducirlo como ficción.

Tal vez aceptar la muerte que viene con la escritura es eso: aceptar que uno está destinado a vivir entre fantasmas. Al menos en el momento de la escritura, pero que tan comúnmente traspasa todos los aspectos de nuestra vida. Se podría pensar que la experiencia muda queda salvada, sin embargo es esta precisamente a la que apela la literatura. Tal vez la única que le interesa.

Monday, November 21, 2005

“MODELOS:

Movimiento de afuera hacia adentro.
(Actores: movimiento de adentro hacia fuera.)

Lo importante no es lo que me muestran sino lo que me esconden, y sobretodo aquello que no sospechan que está en ellos.

Respetar la naturaleza del hombre sin quererla más palpable de lo que ella es.

Una sola mirada provoca una pasión, un asesinato, una guerra.

“Parloteo visible” de los cuerpos, los objetos, las casas, las calles, los árboles, los campos.

Suprime radicalmente las intenciones en tus modelos.

Un solo misterio el de las personas y de los objetos.

Asegúrate de haber agotado todo lo que se comunica por medio de la inmovilidad y el silencio.

Donde no está todo, pero de donde cada palabra, cada mirada, cada gesto tiene un trasfondo.

Atrapar instantes. Espontaneidad, frescura.

Un suspiro, un silencio, una palabra, una frase, un estrépito, una mano, tu modelo entero, su cara, quieto, en movimiento, de perfil, de frente, una vista inmensa, un espacio restringido...Cada cosa exactamente en su lugar: tus únicos recursos.

Un raudal de palabras no daña una película. Cuestión de índole no de cantidad.

No corras por la poesía. Ella sola penetra por las junturas (elipsis).

Modelo. Tú le dictas gestos y palabras. Él te devuelve (tu cámara registra) una sustancia.

Azares maravillosos aquellos que obran con precisión. Manera de alejar los malos, de atraer los buenos. Guardarles de antemano un lugar en tu composición.

Quién puede con lo menos puede con lo más. Quien puede con lo más no necesariamente puede con lo menos.

Filmación. Atenerse únicamente a impresiones, a sensaciones. Ninguna intervención de la inteligencia extraña a esas impresiones y sensaciones.

Desequilibrar para reequilibrar.

Un pequeño tema puede servir de pretexto a combinaciones múltiples y profundas. Evita los temas demasiado vastos o demasiado alejados, donde nada te indica cuándo te extravías.

Desarmar y armar hasta la intensidad.

Ocurre que el desorden de una película, porque es monótono, nos engaña, nos da la ilusión de orden. Pero es un orden negativo, estéril. A UNA DISTANCIA RESPETUOSA ENTRE EL ORDEN Y DEL DESORDEN.

Dos simplicidades. La mala: simplicidad-punto de partida, buscada demasiado pronto. La buena: simplicidad-resultado, recompensa por años de esfuerzo.

La precisión en las relaciones impide caer en el cromo. Cuanto más nuevas las relaciones, más vivo el efecto de belleza.

Vaciar el estanque para procurarse los pescados.

Modelo. Cerrado, sólo sin saberlo entra en comunicación con lo de afuera.

Tú cámara no sólo atrapa movimientos físicos imposibles de atrapar con el lápiz, el pincel o la pluma, sino también ciertos estados de ánimo reconocibles por indicios no detectables sin la cámara.

Producción de la emoción obtenida por una resistencia a la emoción.

Sé preciso en la forma, no siempre en el fondo (si puedes).

Las cosas que reunimos por azar, ¡que poder tienen! ”



Robert Bresson, Notas para el cinematógrafo



“Al mirar las esculturas de Giacometti aparece un punto en el que ya no están sometidas las fluctuaciones de la apariencia ni al movimiento de la perspectiva. Se las ve absolutamente, no ya reducidas sino sustraidas a la reducción, irreductibles y, en el espacio, dueñas del espacio por el poder que tienen de sustituir la profundidad no manejable, no viviente: la profundidad de lo imaginario. Este punto, desde el que la vemos irreductibles, nos coloca a nosotros mismos en el infinito; en este punto, aquí coincide con ninguna parte. Escribir es encontrar ese punto. No escribe quien no haya obligado su propio lenguaje a mantener o suscitar contacto con ese punto.

“Experiencia significa: contacto con el ser, renovación de sí mismo en ese contacto; una prueba, pero una prueba que permanece indeterminada.

“El arte ahora tiene un objetivo: el dominio del espíritu.

“Sólo se puede escribir cuando se es dueño de sí frente a la muerte y cuando se establece con ella relaciones de soberanía. Pero si frente a la muerte se pierde la compostura, si ella es algo incontenible, entonces corta la palabra, no se puede escribir; el escritor ya no escribe, grita, un grito torpe, confuso, que nadie oye o que no emociona a nadie. Kafka siente profundamente que el arte es relación con la muerte. ¿Por qué la muerte? Porque es lo extremo. Quien dispone de ella, dispone extremadamente de sí, está ligado a todo lo que puede, es integralmente su poder. El arte es dominio del momento, supremo dominio.

“No hay que permanecer en la eternidad perezosa de los ídolos, sino cambiar, desaparecer, para cooperar con la transformación universal: actuar sin nombre y no ser un puro nombre ocioso. Entonces, los sueños de supervivencia de los creadores no sólo aparecen mezquinos sino culpables, y cualquier acción verdadera, realizada anónimamente en el mundo y para la llegada del mundo, parece afirmar sobre la muerte un triunfo más justo, más seguro, y al menos libre de la miserable nostalgia de no ser más uno mismo.”

Maurice Blanchot, El espacio literario

Friday, November 04, 2005

Gilles Deleuze (1925-1995)

Sobre el pensamiento de Deleuze solo tengo una certeza. Funciona para creer en este mundo con los ojos abiertos, justamente en el momento que es más difícil.