Friday, December 04, 2009

Plegaria

Desnudos frente a un público, sin ningún espejo en que vernos más que nuestro reflejo en los ojos del otro. Así es la creación. Cómo me gustaría acabar con el otro, reducirlo a nada, sin narcisismo, solo para poder ser, alguna vez, en algún momento. No para que se desvele la verdad, pero sí para ser auténtico. Pero no. Ni siquiera es una buena utopía. Me aburriría, y se sabe bien que el tedio es el infierno de los privilegiados. Pero infierno al fin.

Cuando escribo este tipo de cosas, olvido la importancia de disolverse. No quiero ser para no ser visto. Mejor así. Pero la verdadera paz es para los sabios, y yo perdí eso, no se cuando. La extraño. Ahora no me queda más que actuar con los ojos cerrados, guiado únicamente por los afectos que me brinda la intuición. Y sólo eso. Lo demás lo sabré al final del camino. Cuando pueda ver mi reflejo en los ojos del otro. Una chispa tenue, apenas un destello. Me conformaré con eso: encontrarme a mí mismo en mi propia perdición.

O encontrar a otro en mí mismo.

Sí. Mejor.

Así será.

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