Saturday, August 27, 2005

“El secreto concierne a ciertos contenidos. El contenido es demasiado grande para su forma. (...)
La percepción solo puede ser a su vez secreta.(...) Siempre habrá una percepción más fina que la vuestra, una percepción de vuestro imperceptible, de lo que hay en vuestra caja. (...) Y el que protege nuestra forzosamente al corriente, sino que el también remite a una percepción, puesto que debe percibir y detectar a los que quieren descubrir el secreto (contraespionaje). (...) }El secreto tiene su origen en la máquina de guerra, ella es la que aporta el secreto, con sus devenires-mujeres, sus devenires-niños, sus devenires-animales. Una sociedad secreta actúa siempre en la sociedad como una máquina de guerra. (...) El secreto se eleva del contenido finito a la forma infinita del secreto. Ahí es donde el secreto alcanza lo imperceptible absoluto, en lugar de remitir a todo un juego de percepciones y de reacciones relativas. Se pasa de un contenido bien determinado, localizado o pasado, a la forma a priori de un algo que ha pasado, no localizable. (...) Cuando la pregunta “¿qué ha pasado?” alcanza esa forma viril infinita, la respuesta forzosamente tiene que ser que nada ha pasado, destruyendo forma y contenido. Rápidamente se propaga la noticia de que el secreto de los hombres no era nada, nada de nada en verdad. Edipo, el falo, la castración, “la astilla de carne”, ¿eso era el secreto? Hay motivos más que suficientes para que las mujeres, los niños, los locos y las moléculas, se rían.”

Mil Mesetas

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